Prohibido a los gatos VIII


No solo es risa, pero ciertamente en este texto Dario Fo juega a crear ese efecto.

  Un psicólogo,  Richard Wiseman, experimentó con el humor, intentando dilucidar si había diferencias significativas entre distintos 
países. El resultado de sus experimentos en internet le llevó a considerar a los alemanes como los más graciosos y a los canadienses como los menos - la lista de países, en todo caso, es parcial, ¡no hay ninguna nación del Mediterráneo!

  Los británicos y sus primos -irlandeses, australianos, neozelandeses, prefieren chistes que contengan juegos de palabras o equívocos; los americanos ríen más con aquellos en que se muestre cierta superioridad -esto es, ¡que alguien quede de todo!- y los franceses se pirran por el humor surrealista.

  Y, sí, el señor Wiseman encontró el mejor chiste del mundo... O eso dice él:

  Dos cazadores se encuentran en el bosque cuando uno de ellos cae. Aparentemente no respira
y tiene los ojos vidriosos. El otro llama al teléfono de emergencias. "¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?", pregunta, histérico. El telefonista contesta: "Cálmese, podemos ayudarle. Lo primero es asegurarse de que su amigo está realmente muerto". Hay un silencio y después se oye un disparo. De nuevo al teléfono, el cazador dice: "Bien, ¿y ahora, qué?"

  ¿Gracioso?

 
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1 comentario:

  1. A mí no me hace gracia. Será que soy de latitud inadecuada.

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