Enhorabuena por tu trabajo, buscando información, los comentarios, y también por las recetas¡¡ Sólo falta la chistera y sacar algo imposible de ella... muy buena la apreciación sobre la portada del libro... Gracias por amenizarnos la lectura¡¡
Jerónimo, enhorabuena, por las recetas, curiosidades y demás cosillas que pones por aquí para amenizarnos la lectura¡¡ Sólo te falta la chistera y sacar algo imposible de ella... IMPRESIONANTE¡¡¡ Muy bueno, sobre todo la apreciación sobre la portada...
Es un chico de 13 años, Se llama Michael. Hoy tiene que ver a su padre. Él no quiere verle. Le aterra, le produce escalofríos la sola idea de imaginarse a su lado. Le suplica que no deje que su padre se lo lleve. Ella le responde que no puede evitarlo, pero -llámame si necesitas hablar conmigo, hijo-. Cabizbajo, con el cuerpo encorvado entra en el coche de su padre. Este ni le mira al saludarle. Durante el trayecto no se hablan, no se miran sólo hay entre ellos un silencio duro como el hielo. Un escueto -ya llegamos- de su padre le indica el lugar en el que va a estar durante dos eternos días. No se ha olvidado de su tablet, la lleva en su mochila; si tiene que hablar con su madre se comunicará por la tablet. No quiere hablar con su padre. Le da miedo, le aterra. En la última visita lo encerró en la habitación sin nada más que un vaso de agua porque lo encontró hablando con su madre por la tablet. -Mientras estés conmigo no hablarás con tu madre-; le vociferó su padre. Literalmente enmudeció, Su boca quedó sellada. Le prohibía hablar con su madre. Lo odiaba, lo detestaba, le resultaba insoportable. Encerrado en su habitación, a veces, oía sus pasos. Entonces miraba hacia la puerta. Por la ranura de la misma veía asomarse una sombra que ora se empequeñecía ora se agrandaba. Esa sombra le producía escalofríos. La sombra de su padre lo aplastaba.
Aterrador relato de una situación tristemente cotidiana. La narración va avanzando y con ella el desasosiego. Es interesante el juego de tiempos verbales, que contribuyen de manera decisiva al efecto final, tan perturbador.
Van de la mano padre e hijo, están cruzando un puente. Una especie de temblor de tierra los separa. El padre llama por su hijo desesperadamente, su rostro se comprime, se agita. Grita su nombre hasta la extenuación: ¡ John, Joohn, Jooohn..! Su hijo cae por la pendiente del puente, partido en dos. En llantos agrios y amargos; con temblores en todo su cuerpo repite incesantemente el nombre de su padre. Que para él es simplemente: ¡ Papá, papáaa, papáaaaa..! ¡ No te vayas, no me dejes solo! ¡ Sálvame, sálvame papá ! Su padre viendo aterrado como su hijo se despeña por aquel puente, al vacío. Grita de impotencia: ¡ No, noo, nooo, noooo..! Y en un llanto desolado, mirando hacia el cielo con la voz entrecortada logra balbucir: ¡ Hijo mío, yo siempre te he querido !
Viaxar por viaxar, nun tren. Viaxar polo pracer de viaxar. Viaxar para disfrutar das paixases. Viaxar polo pracer da conversa. Viaxar polas tentacións dun encontro cunha muller. Viaxar para reflexionar. Viaxar para ler un bo libro. Viaxar para escribir, un bo poema ou un bo relato; xa non existe. Agora, só arelamos este novo modo de vida vertixinoso; tecnolóxico; supersónico.
Atopábaste na habitación contigua; cando escoitaches como uns homes derrubaban a porta de entrada. Escoitaches que a túa nai berraba encolerizada contra aqueles bárbaros. Escoitaches como lles ameazaba. Escoitaches como ela loitaba impotente contra aqueles que a maniataban. Escoitaches, un berro esgazador un brado ensordecedor un, ¡Noo!, ¡Nooo!, ¡Noooo...! Escoitaches por derradeira vez; un golpe seco e un bruído que semellaba un disparo. Escoitaches como aqueles homes fuxían espaventados. Abriches moi de vagar a porta do cuarto da túa nai e alí atopaches un corpo que non se bulía que non contestaba que xa non falaba. Alí atopaches a gorxa profunda da dor e da morte muda.
¿Ningún valiente? ;)
ResponderEliminarEnhorabuena por tu trabajo, buscando información, los comentarios, y también por las recetas¡¡
EliminarSólo falta la chistera y sacar algo imposible de ella... muy buena la apreciación sobre la portada del libro...
Gracias por amenizarnos la lectura¡¡
Jerónimo, enhorabuena, por las recetas, curiosidades y demás cosillas que pones por aquí para amenizarnos la lectura¡¡
ResponderEliminarSólo te falta la chistera y sacar algo imposible de ella... IMPRESIONANTE¡¡¡ Muy bueno, sobre todo la apreciación sobre la portada...
Muchas gracias, ¡esto no tendría ningún sentido sin vuestra colaboración!
ResponderEliminarAsomarse una sombra
ResponderEliminarEs un chico de 13 años, Se llama Michael. Hoy tiene que ver a su padre. Él no quiere verle. Le aterra, le produce escalofríos la sola idea de imaginarse a su lado. Le suplica que no deje que su padre se lo lleve. Ella le responde que no puede evitarlo, pero -llámame si necesitas hablar conmigo, hijo-.
Cabizbajo, con el cuerpo encorvado entra en el coche de su padre. Este ni le mira al saludarle. Durante el trayecto no se hablan, no se miran sólo hay entre ellos un silencio duro como el hielo. Un escueto -ya llegamos- de su padre le indica el lugar en el que va a estar durante dos eternos días. No se ha olvidado de su tablet, la lleva en su mochila; si tiene que hablar con su madre se comunicará por la tablet.
No quiere hablar con su padre. Le da miedo, le aterra. En la última visita lo encerró en la habitación sin nada más que un vaso de agua porque lo encontró hablando con su madre por la tablet. -Mientras estés conmigo no hablarás con tu madre-; le vociferó su padre. Literalmente enmudeció, Su boca quedó sellada. Le prohibía hablar con su madre. Lo odiaba, lo detestaba, le resultaba insoportable.
Encerrado en su habitación, a veces, oía sus pasos. Entonces miraba hacia la puerta. Por la ranura de la misma veía asomarse una sombra que ora se empequeñecía ora se agrandaba. Esa sombra le producía escalofríos. La sombra de su padre lo aplastaba.
Aterrador relato de una situación tristemente cotidiana. La narración va avanzando y con ella el desasosiego. Es interesante el juego de tiempos verbales, que contribuyen de manera decisiva al efecto final, tan perturbador.
ResponderEliminar¡Buen trabajo, Literuxío!
El "diálogo" directo añade mucho dramatismo a la historia. Esas palabras grabadas a fuego en la cabeza del indefenso adolescente.
ResponderEliminarPartido en dos
ResponderEliminarVan de la mano padre e hijo, están cruzando un puente. Una especie de temblor de tierra los separa. El padre llama por su hijo desesperadamente, su rostro se comprime, se agita. Grita su nombre hasta la extenuación: ¡ John, Joohn, Jooohn..!
Su hijo cae por la pendiente del puente, partido en dos. En llantos agrios y amargos; con temblores en todo su cuerpo repite incesantemente el nombre de su padre. Que para él es simplemente: ¡ Papá, papáaa, papáaaaa..! ¡ No te vayas, no me dejes solo! ¡ Sálvame, sálvame papá ! Su padre viendo aterrado como su hijo se despeña por aquel puente, al vacío. Grita de impotencia: ¡ No, noo, nooo, noooo..! Y en un llanto desolado, mirando hacia el cielo con la voz entrecortada logra balbucir: ¡ Hijo mío, yo siempre te he querido !
Conmovedora historia que nos recuerda lo importante de cuidar los momentos.
ResponderEliminar¡Gracias por compartirla!
Viaxar.
ResponderEliminarViaxar por viaxar, nun tren.
Viaxar polo pracer de viaxar.
Viaxar para disfrutar das paixases.
Viaxar polo pracer da conversa.
Viaxar polas tentacións
dun encontro cunha muller.
Viaxar para reflexionar.
Viaxar para ler un bo libro.
Viaxar para escribir,
un bo poema ou
un bo relato; xa non existe.
Agora, só arelamos
este novo modo de vida
vertixinoso; tecnolóxico; supersónico.
A morte muda.
ResponderEliminarAtopábaste
na habitación contigua;
cando escoitaches
como uns homes derrubaban
a porta de entrada.
Escoitaches
que a túa nai
berraba encolerizada
contra aqueles bárbaros.
Escoitaches
como lles ameazaba.
Escoitaches
como ela loitaba impotente
contra aqueles
que a maniataban.
Escoitaches,
un berro esgazador
un brado ensordecedor
un, ¡Noo!, ¡Nooo!, ¡Noooo...!
Escoitaches
por derradeira vez;
un golpe seco e un bruído
que semellaba un disparo.
Escoitaches
como aqueles homes
fuxían espaventados.
Abriches moi de vagar
a porta do cuarto da túa nai
e alí atopaches un corpo
que non se bulía
que non contestaba
que xa non falaba.
Alí atopaches
a gorxa profunda
da dor e da morte muda.
¡Muchas gracias, Literuxío!
ResponderEliminarDos poemas muy distintos en temática y estructura, pero ambos de notable mérito.
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