En el principio X


  El camino a El sur se inicia de esta guisa:

     Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá. Me han

dicho que la hierba crece salvaje entre sus grietas y que jamás lucen flores frescas sobre ella. Nadie te visita. Mamá se marchó a su tierra y tú no tenías amigos. Decían que eras tan raro… Pero a mí nunca me extrañó. Pensaba entonces que tú eras un mago y que los magos eran siempre grandes solitarios.

(69 palabras)

 ¿Qué impresión ofrece este inicio: es sugerente, pausado, rápido, misterioso, claro, alegre, melancólico...? ¿Es un buen comienzo?, ¡opiniones aquí, por favor!

 

10 comentarios:

  1. Melancólico arranque. ¿O será esta lluvia lánguida y este cielo ceniciento?

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  2. No vas nada mal encaminada, Marta. O mucho va a cambiar la historia, o no parece que esto vaya a ser la alegría hortelana, no...

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  3. El principio es tristón, pero a mi me deja con ganas de saber más: parece que la prota se quedó sola donde vivían, y además cree que se padre era un mago... vamos a ver que pasa...

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    1. Bien por la autora, ¿no, Sonia? Si nos deja intrigado un principio, ¡es que ha hecho un buen trabajo!

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  4. Sí, lo de que el padre y la magia es intrigante... Aunque todos creemos en una etapa de nuestra infancia que nuestros padres (padre y madre) son una especie de superhéroes, ¿no? Que no existe algo que ellos no puedan hacer o solucionar.

    Es increiblemente hermoso y gratificante, más tarde, cuando toca estar del otro lado, sentir que un abrazo nuestro es suficiente para curar cualquier mal y poner a salvo de cualquier peligro.

    Mt

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  5. Una idea profunda y también trascendente: la salvación es estar a salvo, ¿no? Buen análisis, Mt.

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  6. Un inicio sugerente, misterioso y enigmático, especialmente por que se nota que la voz que recuerda es el de una niña que parece comprender a la figura de su padre. Una imagen paternal muy poco común que invita a seguir leyendo. Queda patente que siente que no se ha ido para ella, e incluso que sigue presente en su memoria y en su vida. Habla con él como si ese padre todavía estuviera vivo y el dialogo establecido se basa en un silencio que une a lo largo de la historia a ambos personajes. Me gustó su lectura por su dinamismo y la precisión con la que construye cada escena y conflicto. Lo único malo es que lo leí de noche y me causó algo de agobio, inquietud, y desconcierto. Recuerdo que lo leí hasta que me quedé dormida... me desperté al rato con una angustiosa pesadilla... un péndulo oscilando sobre mi cabeza... ¡qué miedo!
    Volveré a releerlo hoy, está claro, "sarna con gusto no pica".
    NP

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  7. Una vez leída (y un poco olvidada) la historia, y aunque esto sea hacer un poquillo de trampa dentro de esta sección, me parece que este principio coloca a cada uno de los miembros de la familia en el lugar que quiere estar: a la madre de vuelta en su tierra, cosa que no sé por qué me reconforta; a el zahorí muerto y enterrado, como hacía años que deseaba pues mucho antes de suicidarse ya había renunciado a vivir; a la "ex pequeña" tras las huellas de una vida feliz y mágica que quizás no existió, que no acaba de entender, pero que indudablemente añora.

    Me encanta el contraste entre la tumba visiblemente abandonada, el grado de descuido en su conservación, y el evidente amor y vivo recuerdo de su "ocupante" en el "corazón" de la narradora. Es una imagen perfecta de como los sentimientos son algo íntimo, personal, cuasi invisible y que hay ciertos convencionalismos que son una auténtica tontería.

    Yo también tengo que releerlo, Noelia.

    Marta

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  8. Leída por segunda vez me gustó muchísimo más. Es una historia de las que no deja a uno indiferente, a mí especialmente la trama me recordó a algún personaje de mi zona, en ella, abundaron figuras de brujas y meigas, seres extraños a los que la gente recurría no sin antes asegurar que no creían en ellas... pero acudían, cuando se veían desesperados/as. Es curioso, pero los niños no suelen temer a estas personas, más bien al mito creado desde la prespectiva del adulto... además de esto, una similitud que encontré tambien con la cultura gallega en este escrito, es lo unida que está la muerte y la vida, las creencias religiosas y la dureza de los personajes.
    En la historia los únicos que parecen felices son los que menos se imaginaría en aquella sociedad en plena dictadura franquista; la madre soltera y el hijo solos sin esa figura paterna. Todo lo contrario de lo que la familia convencional de la protagonista evoca; crudeza, resignación, amargura, e infelicidad sostenida.
    Sí los convencionalismos son una auténtica tontería, bajo mi punto de vista una porquería destructiva, que solo perjudican entre otros, a los más débiles o inocentes (niños)...y de forma simultánea a los más cobardes (en el caso de este texto al padre).
    Y digo yo...¿por qué no se fue con la otra mujer?

    Noelia

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  9. No se fue con la otra mujer, al igual que no se suicidó antes, porque su responsabilidad de padre lo llevó a permanecer al lado de su pequeña hija. Sabia decisión. Al menos en el caso del suicidio.

    Mt

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