La discoteca III

El tren y la música, una buena pareja de baile.

  ¿Qué tal si un día entramos en vagón y encontramos esto?


Hay que fijarse en las caras de felicidad de los pasajeros... ¡y en el riesgo para los ojos que conllevan los arcos de los violines!

Y ya que hablamos de instrumentos, una coplilla instrumental para los fanáticos de The Cure.



No sabemos, pero la historia de ABBA es triste y misteriosa... ¿qué tal los trenes en Suecia?
   
Un poco de jazz. El gran Chet Baker, ¡en directo!


¿No os viene a la cabeza el sonido de un banjo cuando oís la palabra tren? Después de esta canción, ¡seguro!


Una canción elegante donde aprendemos que si pasamos en Carolina en tren, lo suyo es pedirse unos huevos con jamón. Brillantes siempre las hermanas Andrews.


El Boss también se subió al tren en su día.


Un poquito de humor y chicos guapos gracias a los Cohen:


Y terminamos con un homenaje desde la música clásica al tren. Honegger y su Pacific 231 rindió tributo a aquel símbolo del progreso.

 

4 comentarios:

  1. Yo me arriesgaría a perder los ojos y a pasarme un par de paradas, valdría la pena..

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  2. una deliciosa menestra de sonidos, me quedaría con la primera cautivadora.. la de Chet Baker atractiva (nunca he escuchado jazz ¡qué pena!, y las otras curiosas.
    Menudo chollo buscando estas canciones relacionadas con el tren.
    Enhorabuena¡

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  3. Cuanto más veo el primer vídeo más me gusta. Lo que más me fascina es la expresión de la señora mayor al principio, parecen los ojos de una niña, y luego su expresión de emoción al borde de las lagrinas...¡y no lloró!...

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  4. Sí, definitivamente es un vídeo notable, y, en cierta manera, reconfortante. Navideño, ¿no? Parece que al final, con un poco de buena voluntad, los sentimientos positivos pueden triunfar. Aunque sea solo por un ratito, ¡merece la pena!

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