Olive Kitteridge está siendo convertida en miniserie (otoño, 2013) y para recrear la ciudad imaginaria de Crosby se ha elegido la zona de cabo Ann. Pero no siempre se llamó así.
John Smith al salir del barbero |
Jacobo I, de peque |
La Ann del nombre |
Aunque el nombre perduró, no lo hizo la cabeza del rey Carlos, que fue decapitado en 1649.
Una leyenda cuenta que, mientras el hacha del verdugo descendía sobre el real cuello, un hombre embozado gritó desde el público: ¡estás vengada, Tragabigzanda!, muriendo inmediatamente después, atragantado por su propia lengua. (*)
En cualquier caso, casi un siglo antes, en 1527, el cosmógrafo portugués al servicio de otro Carlos I, el de España, Diego Ribero, en su Carta universal llamó al accidente geográfico cabo de Santiago, pero ese nombre no hizo ninguna fortuna. Ellos se lo pierden, ¡se quedan sin tarta!
¿Tarta de Ann? |
(*) Vale, la leyenda era era una trola... ¡pero todo lo demás es verdad!
Jjajajajajajajaja!! me encantó esta parte....
ResponderEliminarTodo el mérito lo tiene el pajarico de Jacabo, que cedió amablemente sus plumas al equipo que elabora estas páginas. ;)
ResponderEliminar¡Gracias por el apoyo!
Tragabigzanda!? No me extraña que le cambiaran el nombre al trocillo ese de tierra que mete sus narices en el mar, porque lo de Tragabigzanda es como para morir atragantada en el intento.
ResponderEliminar¿Quién sabe cómo hubiera evolucionado el nombre? Quizá ahora fuera el cabo Traga... ¡que da bastante miedo!
ResponderEliminarDe todas maneras, el nombre no está del todo muerto: en Gloucester, Massachusetts, es decir, una de las poblaciones de la zona, existe una calle con ese nombre. No es muy larga (160 metros), pero tiene las típicas casitas americanas y desemboca en la costa.