Superficiales

Hay un dicho inglés que recomienda vehementemente no juzgar un libro por su portada, esto es, no deberíamos dejarnos llevar por las apariencias. Y nosotros no lo hacemos casi nunca... ¡pero ahora sí!


¿Qué sensaciones despiertan las portadas de las dos ediciones en español?



¿Es Olive Kitteridge un buen título para el libro?

¡Toca mojarse! 


 

10 comentarios:

  1. A mi la portada no me dice nada, aunque la pequeña descripción de la parte de atrás me dejó con ganas de leer el libro enseguida. Ya me tiene pasado con más libros, así que procuro no dejarme llevar por la portada, aunque a veces todavía me pasa.

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  2. Coincido contigo: ninguna de las dos portadas es especialmente atractiva. Veremos si con la serie sacan una nueva versión, quizá un poco más llamativa.

    Si tuvierais que elegir una imagen para la portada, ¿qué pondríais?

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  3. Son de la misma editorial y una está en las antípodas de la otra. Una en tonos superfríos, la otra megacálidos; en una la imagen de una mujer (a la que por cierto no se ve muy contenta), en la otra una casa de madera, un árbol y unos pájaros (encantados de la vida). La única explicación lógica que le encuentro a este asunto es que nuestra Olive es una persona fría que vive en un cálido entorno (y no me refiero al clima).

    Como soy mucho de comer con los ojos, para mí la presentación de un libro también cuenta. No es algo determinante, pero siempre suma o resta.

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  4. Una de las portadas pone mayor énfasis en el nombre de la autora que en el título de la obra mientras que en la otra sucede lo contrario. ¿Qué paso entre ambas que justifique este cambio?

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  5. Si la luz de los comentarios brillantes pudieran introducirse en bombillas, las compañías eléctricas mandarían a sus sicarios contra algunas opinadoras de aquí. ¡Gran análisis!

    Por si vale de pista, la edición "azul" es de 2010, la "aranjada" es de 2012. ¿Algo que declarar?

    Para los curiosos del proceso de selección de la portada, hay un artículo divertido e ilustrador aquí: http://www.newyorker.com/online/blogs/books/2013/07/the-decline-and-fall-of-the-book-cover.html

    Eso sí, está en inglés. Pues vaya.

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  6. El dinero durante años mal invertido por mis padres en clases de inglés habría estado mejor empleado en enseñarme a palillar a la velocidad del sonido, aun así, como no tengo el sentido del ridículo lo suficientemente desarrollado (para determinadas cosas, al menos) me lanzo a la piscina.

    Comparto la opinión de Tim Kreider cuando dice, o eso creo, que hay autores cuyos libros compraría por muy horrenda que fuera su portada. A mí me pasa lo mismo. Me compraría un nuevo y casi imposible libro de Suso de Toro (por poner un ejemplo utópico), aunque sus pastas estuvieran ilustradas con una imagen de la Duquesa de Alba marcándose una sevillana. Del mismo modo, no volvería a comprar un libro de…humm … Antonio Gala (¡OH! Sacrilegio), aunque su cubierta hubiera sido creada por el mejor diseñador gráfico de la historia intergaláctica (Y eso que tengo entendido que los kaminianos son casi mejores en esto que en el “arte” de la clonación).

    De todos modos, como Kreider señala: “Still, I wouldn’t mind being seduced by sensuous appeal again every once in a while. Even if you love your wife for who she is as a person, it’s still nice when she breaks out a sexy new outfit”. Algo de imaginación y originalidad a la hora de presentar los libros al lector, al menos de vez en cuando, se agradece.

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    Con el esclarecedor dato de las fechas de cada edición y tras googlear imágenes de la autora y comprobar que aparece en múltiples ocasiones tras distintos atriles hablando a un entregado auditorio (o eso deduzco de su expresión corporal), ya tengo respuesta a mí propia pregunta.

    A + B = la mujer ha adquirido cierto renombre en esos dos años que median entre ambas ediciones.

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  7. ¡Esplás! ¡Espero que el agua no estuviera muy fría! Buen resumen del artículo. ;)

    La importancia de la portada no radica tanto en autores que sigamos y esperemos, sino que afecta más a esas compras impulsivas: una composición impactante puede suponer la diferencia entre que adquiramos el libro o no. Pero, desde luego, no creo que muchos de aquellos que hicieron colas de horas para conseguir el siguiente libro de Harry Potter lo dejaran en la mesa porque no les gustó demasiado la combinación de colores...

    Una reflexión curiosa que puede hacerse es que en los tiempos de libros electrónicos, el título ha ganado peso respecto de la portada. Los programas de lectura guardan cuenta precisa de en qué página estábamos, así que la portada solo la vemos fugazmente cuando pulsamos sobre ella para comenzar. No deja de ser llamativa esa particular victoria de la palabra sobre la imagen.

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    Para todos los orgullosos propietarios de un iPad me permito recomendarles un par de fascinante libro que aúna imagen, texto y música... ¡y mucho misterio!

    El primero, completamente gratis, se puede encontrar buscando en la AppStore la palabreja Gutembergz, y allí tenemos una aplicación llamada Sherlock que es un fantástico ramillete con los mejores casos del genial detective. Eso sí, está en inglés, ¡pero merece mucho la pena!

    Algo parecido en español es"El gato negro," de BeeGang.com, se nos ofrecen gratisalgunas páginas del famoso cuento de Allan Poe, pero es material suficiente para hacerse una buena idea de qué animalillos pueden pasear por nuestras pantallas. Pagando algunos céntimos, podemos adquirir la versión completa.
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    En la línea A+B, nótese que de la segunda encuadernación ha desaparecido el sello que trompeteaba la consecución del Pulitzer: el premio, recién conseguido en el 2010, ya no es tan actual en el 2012.

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    1. ¡SOS! No encuentro la detectivesca aplicación.

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  8. ¡Empieza el juego! -- o, si quieres ser original, the game is afoot!

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