Prohibido a los gatos VI

En la búsqueda de información, en esta sección nos jugamos la vida literalmente. Bueno, tanto no, pero sí literariamente.

  Aquí y ahora, vamos a rastrear los orígenes de las citas del libro de Berta Dávila Raíz da fenda. Una vez ubicadas en su poema, las subrayaremos para una mejor visualización.

  A manera de pórtico, encontramos unos versos de Antonio Gamoneda, que, a su vez, dan nombre al poemario que los contiene:

  Arden las pérdidas, ya ardían
  en la cabeza de mi madre. Antes
  ardió la verdad y ardió
  también mi pensamiento. Ahora
  mi pasión es la indiferencia.
                                            Escucho
  en la madera dientes invisibles.

  En la primeira fisura encontramos a León Tolstói y su célebre inicio de Anna Karenina.

  El poeta mexicano Jaime Sabines nos hace la presentación de la segunda fisura con un poema a la muerte de la tía Chofi. Podemos oírlo en su propia voz aquí:

  Para la tercera fisura, viajamos hasta Culleredo para citarnos con Pilar Pallarés. De su Libro das devoracións:

  Xamais entrar ficar merodeando
  ser un tigre ferido no teu rastro
  un insecto de luz a circundar-te
  destrozando-me as asas ardendo-me en siléncio

  xamais entrar   ficar no teu costado
  crecendo para ti  ramificando-me
  en follas lanceoladas en corolas sangrientas
  que un viento dispersa

  xamais ser lampo
  ser maré
  vibrar-te en ave.

  En el poema 73, hallamos una carta a Julio Cortázar, precedida de una cita. De su Niño bueno:

No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.

  Aquí, la galería fotográfica de los chicos.

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